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viernes, 17 de mayo de 2013

Ese vacío que queda cuando se va alguien querido.

Un silencio perturbador, es el que deja una persona cuando fallece. Sonidos que no vuelven, por mucho que queramos oírlos. Es una voz que se deja escuchar y que muchos tienen miedo a olvidar. Es un hueco que no se puede llenar. Lo definitivo asusta porque no se puede cambiar, sucede un día porque si cuando nunca pensamos que pasaría o veíamos lejano.
La frase todo pierden cierta credibilidad en el momento que nos damos cuenta de que las charlas con esa persona no vuelven, que su compañia ya no vuelve y que en realidad nunca va a volver, no por una decisión, si no porque la vida lo hizo así. Mientras la realidad atropella, se descubre el sonido del silencio. Tanto miedo al silencio tiene un motivo, cuando no se pronuncia, parece que no existe y su no existe se genera un vacío.
No es imprescindible asignar palabras a todo, hay cosas que simplemente no se escuchan con los oídos pero si con el alma. La vida va mas allá de todo tipo de explicación, al fin y al cabo lo relevante es aquel ruido antes y luego del silencio.



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