Páginas

martes, 5 de agosto de 2014

Una forma de matar a la tristeza.

Me quemé con las cenizas de aquel amor al que prendimos fuego. A veces llegabas tarde y me acariciabas cuando dormía. No creo que haya una forma más bonita de decirle a alguien que le quieres. Y me querías. Aquellas noches. Yo nunca supe lo que sentía por ti, porque nunca lo había sentido por nadie. Entonces estaba perdido, pero jamás deseé tanto que no me encontrasen. Fue maravillosa (y te lo digo ahora cuando ya es tarde) esa forma de matar a la tristeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario