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jueves, 13 de marzo de 2014

Te he visto más veces irte, de las que nunca has llegado.

Te juro que he intentado recuperar la cordura que me olvidé en tu sonrisa, cuanto te vi sonreír por otra y cuando entendí que el mundo podía, sin previo aviso, doler todo el daño que puede aguantar una persona. Y te he visto más veces irte, de las que nunca has llegado, que son muchas. Y por eso cuando llueve aún creo que soy yo la que llora. Y que es todo lo que te quiero lo que termina arrastrando el agua por las alcantarillas, porque me importas más que cualquier persona ha podido nunca importarme.. Porque quererte es un verbo sin sujeto, si no tengo tu boca para practicarle el amor cada noche, como aquel creyente que le reza a su dios en busca de respuestas. Así que eso es lo que somos, un juego de palabras que no se dijeron nada y perdimos. Dos caminos que se cruzaron sin saludarse. Y es difícil no imaginarse las cosas como no fueron. Imaginar que eras tú el que nunca quería irse pronto. Imaginar, por un momento, que tú escribías esos textos llenos de amor y que yo era la mejor excusa para ello.

sábado, 8 de marzo de 2014

Morir allí, por exceso de velocidad y ganas.

La forma más bonita de hablar del amor es callándose. Como queriendo decir: ''Nada de lo que diga, estará a la altura de lo que siento''.

Así que me quedaba sin palabras, cada vez que me preguntabas si estabas guapo. Guapo con esa mirada, que parecía ser una ventana de esperanza. Y con esa curva de su boca, que parecía llevar al paraíso, y donde siempre cerraba los ojos, deseando no cruzarla nunca. Deseando quedarme con el arcén de sus labios. O morirme por allí, por exceso de velocidad y ganas.

Algo se quemó entonces..

Algo se quemó entonces. Y me gustaría decirte que supimos resurgir de nuestras propias cenizas. Pero hacía mucho viento aquellos días.Así que nos fuimos, desperdigados. Aún me recuerdo en mitad de aquella habitación esperando que entrases por la puerta, diciendo que me habías olvidado, y que venías a por mí. Pero de lo que te olvidaste fue de volver, y no te juzgo. Yo también me olvidé de ir. Yo también olvidé que algunas historias terminan, y que es inútil intentar reescribirles un final que deje posibilidad a una segunda parte.  Sólo brilla, estés donde estés. Brilla intentando cegar, de nuevo, a alguna otra.